Durante un viaje a Cuernavaca mi padre me comentó sobre las características de las Torres de Satélite y de cómo fueron construidas para ser observadas desde un automóvil, creando en el espectador un juego con la altura y las formas. Según mi padre esto era la arquitectura de emoción. A mi regreso me fije en lo que me había comentado mi padre y efectivamente causan un juego sumamente interesante en las emociones del espectador. Sin embargo ¿Para qué fueron construidas? ¿Cuál es su historia? En esta entrada les proporciono una breve historia de las Torres de Satélite
Comenzadas a construir en 1957, las Torres formaban parte de un proyecto más grande el cual fue encargado a el arquitecto Mario Pani. El proyecto visualizaba una ciudad moderna en las afueras de la ciudad, específicamente en la zona norte. El nombre de esta ciudad sería Ciudad Satélite y sería el reflejo de una sociedad moderna y adelantada.“Se decidió que Ciudad Satélite se ubicara en el kilómetro 14 de ese Eje Central, conforme al ideal de Pani de crear una ciudad fuera de la ciudad. Esta solución también respondía a las políticas sobre desarrollo urbano impuestas por el entonces regente Ernesto Uruchurtu (1952- 1967), que limitaban el crecimiento de la ciudad en la zona centro y daban pie a la creación de nuevos asentamientos en la periferia.” (Daniel Garza, Las Torres de Satélite…, 2009). Esta idea de Pani era sólo la punta del iceberg, ya que ciudad Satélite sería sólo una más dentro de una red de ciudades similares alrededor de la gran capital.
“Entre lo poco que se materializó, de todo lo que anticipaba el proyecto original de Ciudad Satélite, se encuentran las Torres. En su propuesta inicial, Pani concibió dos plazas monumentales, situadas sobre el Eje Central, que marcarían los límites de Ciudad Satélite al sur y al norte, y serían así a la vez puertas y símbolos del conjunto.” (Daniel Garza, ob. cit., 2009).
Las Torres de Satélite fueron encargadas al arquitecto Luís Barragán, quien a su vez invito a Mathias Goerits. El proyecto compartido por ambos arquitectos consideraba que lo más importante no era la función, sino provocar emoción. Con esta idea se proyectaron las torres, que en un principio serían siete. Con una altura máxima de doscientos metros. Sin embargo por falta de recursos, se construyeron sólo cinco. Los colores proyectados a las torres eran el blanco, amarillo y rojo. Sin embargo por una decisión arbitraria, comenta Goeritz, se pinto una de ellas de color azul. Una de las características de la Torres es la manera en que se fueron colocando, es decir por segmentos, lo que crea la textura a manera de estrías.
Me parece importante hablar de las distintas funcionalidades que en el imaginario colectivo se le han otorgado a las Torres. Se ha dicho que funcionaban como mirador y como tanques de agua. La verdad es que no tienen ninguna función. Su único propósito es emocional, como diría Goeritz, o poético, en palabras de Barragán. Aunque algunos autores refieren que este conjunto escultórico actuaba como puro valor de cambio, a la manera de publicidad.
En cuanto a las influencias que se pueden identificar sobre las Torres, el mismo Barragán menciona las torres de Bolonia y San Gimignano. Goeritz compartía esta particular predilección, así como una atracción temprana por el paisaje de los rascacielos en Manhattan. No es de extrañar estas afinidades con las estructuras en vertical, ya que por aquella época ambos arquitectos desarrollaban proyectos en vertical.
Finalmente podemos ver que las Torres se insertan en un proyecto más grande el cual nunca fue concluido y que fueron únicamente las torres lo que quedo del monumental proyecto de Pani.
Sobre la Torres podemos decir que son un hito arquitectónico urbano. Pero me parece que hace falta un mayor conocimiento sobre ellas y sobre su verdadera historia.
