Circulo por la avenida Periférico de sur a norte, mientras avanzo comienzo a notar que aparecen cinco estructuras de diferentes tamaños y colores, lo realmente atractivo de ellas es que conforme me voy acercando noto que sus formas van cambiando y su tamaño va aumentando. Finalmente cuando llego a estar a su lado, me doy cuenta que son altísimas. Estas cinco estructuras son las Torres de Satélite las cuales daban la bienvenida a lo que
sería la moderna Ciudad Satélite.
Gran Plano General de las Torres de Satélite, Naucalpan, Edo. Méx., 2012
Me estaciono cerca de un puente peatonal para poder apreciar todo el entorno que rodea a las torres, mientras avanzo por el puente siento como vibra por el andar de los automóviles abajo mío. Volteo a la derecha y ahí están, majestuosas, brillantes y vivas; la luz del sol cayendo sobre su lado derecho hace que las sombras de cada una de ellas juegue con la torre de alado, me imagino como si se estuvieran acariciando y se dieran ánimos para seguir con su estadía.
Camino hacía ellas y observo lo que tendría que ser un puente peatonal, pero está sobre puesto, es simplemente un puente itinerante. Los tornillos que sostienen la estructura están oxidados. A pesar de ello el puente es utilizado por mucha gente; me pregunto la razón de esas personas para usar este puente tan inseguro, teniendo otro a unos cien metros de distancia, el cual se observa muchísimo mas seguro que el itinerante. Me armo de valor para subir y por fin subo al puente. Mientras camino alPlano General "puente itinerante", Naucalpan. Edo. Méx, 2012
centro de éste, siento el vibrar de las placas de metal y me comienza a dar una sensación de vacío, de angustia y de miedo, pero sigo caminando, cuando volteo a ver las torres, el miedo, el vacío y la angustia han desaparecido. Vistas desde esa estructura engañosa y peligrosa, las Torres toman una magnificencia imponente. Me gusta la vista desde aquí. Quisiera que fuera de noche para poder ver el juego de luces entre la iluminación de las torres y el andar de los autos.
Regreso a mi auto. Debido a que los peatones no hay un acceso para los peatones, subo a mi auto y me incorporo a la lateral de Periférico. Paso justo a lado de las torres, que me cubren con una sombra enorme y fresca, lo agradezco pues hace un calor de los mil demonios. Me pego a la izquierda con dificultad y me meto a un pequeño estacionamiento que está vacío. No me preocupa la inseguridad, por alguna extraña razón el lugar parece ajeno al ajetreo de la ciudad. A pesar del sonido de los autos y de los camiones conforme vas avanzando a las torres y al área verde que se postra frente a ellas, el sonido de ciudad se va olvidando, pareciera que no hay autos. Me acuesto en el pasto para poder observar las Torres desde abajo. Son enormes y se ven totalmente diferentes que cuando las ves en el automóvil. Son como gigantes que cuidan y observan. 
Plano general Torres de Satélite, Naucalpan, Edo. Méx
2012
Me levanto y comienzo a rondar el área verde, me comienzo a dar cuenta de que le falta mantenimiento, el pasto está un poco crecido y hay envolturas de dulces y bolsas velando a mi alrededor, me siento triste de verlas aquí, este no es su lugar.
Dejo el área verde y regreso al regazo de las Torres, quisiera un cigarro y sentarme a disfrutar de la sombra. Sin cigarro, pero con la sombra envolviéndome, me siento a lado de la torre azul, me recargo en ella y siento su
Primer plano "basura en las Torres", Naucalpan,
Edo. Méx., 2012
pared áspera y fría.
Primer plano Julián en las Torres, Naucalpan
Edo. Méx., 2012
Las Torres se ven bellísimas iluminadas por sus luces y por las luces de los autos. Definitivamente es una fotografía que debo tener.
Permanencias
· >Autos
· >Las Torres
· >Basura
· >Sonidos de claxon y camiones
· >Periférico
· >El puente itinerante
El ejercicio sirvió para darme cuenta de lo que hay alrededor de las torres, además de poder observar sus esencias, su valor y su belleza.
Gran plano general Torres de Satélite, Naucalpan, Edo. Méx., 2012
La percepción que me llevo es que a pesar de estar ahí, inmóviles y pasajeras, las Torres de Satélite no son tan apreciadas como deberían, en gran medida por la falta de información sobre ellas, la falta de interés y también porque no existe un contacto directo con ellas. Me parece que el hecho de que no exista un acceso para los peatones es imperdonable, son precisamente ellos los que más podrían visitarlas, interactuar y sentirse parte de ellas.
En lo personal fue grato darme el tiempo de estar en el lugar y voltear a ver sus alrededores. Me sentí nostálgico al darme cuenta que esas estructuras gigantescas habían estado ahí toda mi vida y no me había dado el tiempo de observarlas y valorarlas. Tal vez con este proyecto logre crear ese sentimiento en más personas. Esperemos que así sea.
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